sábado, 29 de septiembre de 2012

Entre achaque y achaque

Estoy cansado, agotado y me siento exprimido de tanto trabajo que he tenido en los últimos dos días, a Dios gracias.  Le doy gracias a Dios porque aunque tengo algunos achaques a los cuales no estaba acostumbrado, sé que hay otros hermanos que están mucho peor que yo y siguen en la lucha, sonrisa en rostro y alabanza en labios… y en el corazón.  Hermanos que tienen que dializarse continuamente, otros con luchas constantes y periódicas contra el cáncer, algunos con depresión incesante, otros (con lo que puede ser peor) con hijos muy enfermos o que han premuerto a sus padres, hermanos con enormes batallas que les asedian… y estos hermanos no se quejan.  Estos hermanos, reyes del sufrimiento, a veces entran en FB y leen con asombro cómo algunos nos quejamos porque solamente dormimos 5 horas y tenemos sueño; porque tenemos que trabajar el fin de semana; porque nuestros jefes nos miran mal; porque está lloviendo y queríamos ir a la playa; porque sacamos C en un examen; porque estamos solos nuevamente; porque los hermanos me ignoran; porque mi carro está viejo; o por innumerables nimiedades que invitan a verdaderas adversidades a nuestras vidas, para que veamos lo que verdaderamente es sufrir.
 
Estoy cansado, pero le doy gracias a Dios porque, entre achaque y achaque, tengo las fuerzas para seguir trabajando y, más aún, todavía me queda el ánimo para buscarle en Espíritu y en verdad, y, cuando me acuerdo, para interceder por los que verdaderamente sufren, porque el día que eso se pierda, entonces sí que estamos malitos, muy malitos.

2 comentarios:

  1. Ivonne Tamayo Maseda1 de octubre de 2012, 14:20

    Has puesto todo en su justa perspectiva. A veces nos sentimos asediados por cosas que en realidad son pequeñeces en comparación a lo que sufrimos quienes como yo, hemos sido víctimas del crimen violento, hemos tenido que atravesar por el profundo dolor de que nuestros hijos sean asesinados....entonces todas las prioridades de la vida han tomado un giro de 180 grados. Como siempre, tu honestidad al escribir es inspiradora!

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  2. Sabes Ivonne, suelo saber que una reflexión ministra cuando la leo días después y siento que Dios me habla a través de ella, como si otro la hubiese escrito.

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