miércoles, 29 de enero de 2014

La pérdida de las cosas materiales

A veces pedimos: “Señor dirígeme, dirígeme por favor.”  Entonces se nos tranca la situación en nuestras vidas llevándonos a tomar decisiones drásticas que nos sacan de nuestra zona de confort.  Ahí nos desesperamos y le pedimos que nos ayude a estabilizar nuestras finanzas y volver a donde tan cómodos estábamos.  Me imagino que Jesús pensará: “O te peinas o te haces rolos, porque me pediste dirección y ahora no quieres ir adonde yo te quiero llevar.”  A veces la pérdida de las cosas materiales que tanta tranquilidad nos daban es justo lo que Dios quiere para nuestras vidas con el fin de que busquemos las cosas que permanecen para siempre.

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