sábado, 25 de enero de 2014

Las tenemos que pasar solos


Hay pruebas en nuestras vidas que las tenemos que pasar solos y a veces son muy largas.  Por más que anhelamos comprensión, Dios nos aísla y nos obliga a pasarlas solos.  Incluso los más allegados no tienen ni idea de lo que nos está sucediendo, porque Dios pone una venda sobre sus ojos para que no vean ni entiendan nuestra situación.  Hasta Dios se da por desentendido y, aunque nosotros sabemos que Él sabe con exactitud lo que nos está sucediendo, no se deja sentir.  Entonces, después de un tiempo, cuando menos te lo esperas, llega la victoria.  Así como Abraham vio la milagrosa provisión del carnero trabado en un zarzal justo antes de sacrificar a Isaac, tu milagrosa provisión también llegará.

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