miércoles, 3 de octubre de 2012

Adversidades cotidianas


Pienso que no podemos vivir una vida victoriosa en el Señor si no tenemos una vida devocional adecuada; y no podemos tener una vida devocional adecuada si no vivimos de acuerdo a sus preceptos; y no podemos vivir de acuerdo a sus preceptos si no amamos al prójimo; y me parece difícil amar al prójimo si no nos amamos a nosotros mismos.  Cuando amamos, no tememos, porque en el amor no hay temor.  Y si no tememos, entonces no nos irritaremos cuando las cosas no salgan como queremos o pensamos que debieran salir, porque al no temer confiamos en que Dios tiene su mano en todo, siempre que hayamos cumplido con nuestra parte del acuerdo.

Nos irritamos cuando un empleado de una agencia de gobierno, o de una empresa, con quien estamos interactuando nos trata con desdén y criticamos su mediocre conducta, sin entender que Dios lo permite con un propósito; quien sabe si Él quiere que te demores un poco más en ese lugar para hacer su voluntad, facilitando o evitando un encuentro posterior con alguien que te beneficiará o perjudicará.  Criticamos a Amazon porque se demoró en enviarnos un artículo que nos hace falta y no entendemos que por alguna razón Dios permite esa demora.  Regañamos a nuestros hijos por pequeñeces, sin darnos cuenta de que su conducta ha sido inspirada por Dios para enseñarnos algo o de que Dios nos está mostrando algo que no es perceptible a nuestros ojos y quiere que ores por ellos para evitar o protegerlos de algo más profundo que está pasando en su desarrollo emocional.  En fin, vivimos irritados por todo, hasta por el país donde vivimos, que si por el crimen, que si por las actitudes de la gente, que si por los gobernantes, que si por la economía, que si por los cristianos fatulos, que si por las agencias de gobierno, que si por los raperos, que si por el polvo del Sahara, que si por el guardia de seguridad negligente, y por no dejar de criticar, nos tiramos a nosotros mismos, por aquello de ser justos, ya que somos cristianos y debemos ser honestos hasta con nosotros mismos.

Entiende bien, si has buscado de Dios y le sirves, Él utilizará todas tus actividades cotidianas para dirigirte, ya sea para indicarte el camino que debes tomar, o simplemente llevarte a ese camino sin que ni siquiera te des cuenta de que te está dirigiendo.  En algunos casos, Dios te permite entrar en relaciones de adversidad para que ores por las situaciones que la crean, porque puede ser que haya algo que necesita de la intervención de su mano y te revela el conflicto para que intercedas y no para que te irrites por lo que sucede.  Acuérdate de que una pequeña intervención divina puede cambiar el destino de un pueblo.  En fin, no te irrites por las adversidades cotidianas, porque frecuentemente son utilizadas por Dios para dirigirte.

No hay comentarios:

Publicar un comentario