martes, 9 de octubre de 2012

La puerta es estrecha y el camino angosto

Sabes qué, a veces tratamos de suavizar el evangelio para que las personas no se ofendan y se queden contentos en la iglesia, pero una vez suavizas el evangelio, lo acabas de adulterar, no solamente poniéndole tropiezo al que busca la verdad, sino arriesgando tu propia relación con Dios.  La tibieza prevalente en muchas de nuestras iglesias se debe frecuentemente a que nosotros comprometemos la verdad para agradar a muchos, cuando la Palabra de Dios nos enseña que debemos enseñar a muchos la verdad, tal como es, aunque se salven pocos, “porque muchos son los llamados, mas pocos los escogidos.”  Debemos siempre acordarnos de que la puerta es estrecha y el camino angosto.

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