Cuando te
vaya mal en el ámbito económico y de repente tengas la oportunidad de convertir
tu ministerio en una máquina de producir dinero, recapacita, porque podrías
estar siendo probado y si conviertes lo que se te dio por gracia en una fuente
importante de lucro, podrías estar a punto de caer en una de las más miserables
de las tentaciones, la cual cuando caes en ella se convierte en modo de vida y
te ciega. Esa destructora tentación,
convertida en sutil pecado, empeora cuando para justificar tu caída se lo
enseñas a los demás. Entonces, el pueblo necesitado, cuando te sigue, en vez de confiar en Dios, se entrega a la
raíz de todos los males.
No hay comentarios:
Publicar un comentario