sábado, 27 de octubre de 2012

Criar un hijo no es tarea fácil

Criar un hijo no es tarea fácil.  Hoy mi hijo mayor (tiene 14 años) tenía una actividad en el cine con un grupo del colegio.  El amigo que invitaba es respetuoso y de buena familia.  Como me pareció bien, lo dejé ir.  Incluso lo llevé al cine.  Al llegar al estacionamiento me dijo que la película era un poco de misterio y me pidió en el carro, antes de bajarse, que orara por él para que Dios lo protegiera.  Por supuesto oré.  Le pedí al Señor que le diera sabiduría y que si tenía que cerrar los ojos que lo hiciera en el momento adecuado y que no le afectase la película.  Aunque me pasó por la mente sugerirle que no viese la película, lo dejé verla, principalmente porque no me pareció sabio prohibirle que compartiera con sus amigos en una actividad relativamente sana.  Cuando lo recogí, él estaba contento porque la película no fue tan mala y los muchachos, que eran más de 20, la tomaron a relajo.  Me alegré de que la pasó bien y de que Dios estuvo con él, mitigando el daño.  Lo que más me gustó, sin embargo, fue que confiara en mí y me pidiera que orase por él, lo cual me alienta, porque implica que está creciendo con un saludable sentido de lo que debe ser el temor de Dios y respeto a su padre.

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