jueves, 11 de octubre de 2012

Humilde y orgulloso de mi humildad

A veces nos engreímos por nuestros estudios y los logros que hemos tenido, incluso si son estudios relacionados con las Escrituras y logros de personas de bien; a veces nos envanecemos por haber criado a nuestros hijos de forma excepcional; a veces pensamos que hemos sido mucho más prudentes que los demás y que por eso gozamos de estabilidad económica y emocional; a veces creemos que somos la fuente de lo bueno que nos sucede, y que lo malo que nos pasa es por culpa de los demás;  y frecuentemente nos consideramos tan humildes, que nos proyectamos orgullosos de nuestra humildad.

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