Cuando sientas el
deseo de actuar para corregir a un hermano que te agravia injustamente y luego
se proyecta como un gran justiciero, recapacita y espera hasta que Dios te
demuestre como actuar en amor y con ecuanimidad, porque la justicia del hombre
difícilmente logra llevar a cabo la justicia de Dios. Espera a que Dios te
dirija y que sientas paz antes de actuar, porque si tienes una pizca de
inquietud mientras piensas en lo que va a hacer, es probable que lo que piensas
hacer no sea conforme a la voluntad de Dios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario