La mentira
es un pecado odioso. La mentira se
esconde y pasa por desapercibida porque se camufla dentro de la personalidad de
la persona, actuando espontáneamente incluso para hacerse pasar por verdad. La mentira defiende a su anfitrión porque si la
descubren se queda sin hogar. La mentira
destruye familias, iglesias y pueblos.
La mentira hace mayor daño cuando la cultivan aquéllos que tienen
puestos de autoridad, por eso procura aliarse con los líderes y les ofrece
salidas fáciles a sus muchos problemas.
La mentira es abominable y los que la aman y la hacen no entrarán a la
gran ciudad. Cuídate de la mentira y no
la practiques ni en su versión “light”.
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