viernes, 28 de diciembre de 2012

Al que cree y no peca, el maligno no le toca

Tenemos que creer en Jesús y a Jesús.  No basta con recibirle como Hijo de Dios, sino que después de creer debemos obedecerle y confiar.  No hay mucho que nosotros podamos hacer para agradar al Padre, aparte de creer en Jesús y obedecerle.  Una vez hacemos eso, creer y obedecer, la protección de Dios nos cubre en todas las áreas y no tenemos que preocuparnos por todos los detalles de nuestras vidas, que son muchos.  En el ámbito espiritual no podemos estar pendientes de todos los detalles porque no tenemos la habilidad para hacerlo.  Detrás del velo que separa lo material de lo espiritual, en lo invisible, se mueven innumerables criaturas espirituales del mal que constantemente nos asedian, pero que no pueden hacernos daño cuando creemos en Jesús, porque la protección del Padre nos cubre.  Por eso debemos creer en, y a, Jesús y confiar en Dios, quien a través de su Espíritu Santo nos protegerá.  No temas, vive en santidad y cree, porque al que cree y no peca, el maligno no le toca.

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