“De dinero
y santidad, la mitad de la mitad”, dice el refrán español, refiriéndose a que
debemos creerle una cuarta parte de lo que dicen los que presumen de ser muy
santurrones o ricachones. Supongo que el
equivalente en Puerto Rico sería: “Dime de lo que presumes y te diré de lo que
careces.” De todas formas, por si acaso,
mejor me pongo “el sayo”, porque “cuando Juan habla de Pedro, habla más de Juan
que de Pedro.” Por eso me cuido y “no
tiro piedras” para no tener que “esconder la mano.” Mientras esté ”en la rueda de abajo”, mejor será
que “no levante la piedra, porque el sapo es grande.” Y como ”de cualquier malla sale un ratón”, me
callaré, porque “calladito me veo más bonito.”
No me quejaré, “a llorar para maternidad.” Pero como siempre “tenemos derecho al
pataleo,” sugiero, al que ahora le va
mejor que a mí, considerar que ”no van lejos los de adelante si los de atrás
corren bien.” Y aunque, ”del árbol caído
todos hacen leña,” no me deseches, porque ”el que busca encuentra”, y buscando
estoy de Él, y puedes estar seguro que ”al que madruga Dios lo ayuda. ”
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