martes, 11 de diciembre de 2012

La soledad nos invita a pensar

La soledad nos invita a pensar, y aunque nos lleve a pensar en círculos, como en una rotonda, indefectiblemente nos lleva a una bifurcación.  Una vez allí, la soledad se convierte en una de dos: 1) en la antesala de la consagración o 2) en el preámbulo de pensamientos ociosos y sinsentido que llevan, en el mejor de los casos, a elucubraciones redundantes, sin ton ni son.

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