domingo, 9 de diciembre de 2012

La soledad

La soledad, esa que se siente cuando todos parecen haberte abandonado, ni parientes, ni asociados de trabajo, ni amigos de años, ni colaboradores en Cristo, nadie está a tu lado, cuando los únicos que se acercan son tus enemigos para burlarse y algunos “amigos” para reprocharte, ahí, precisamente ahí, el único que te extiende la mano es el que te agarra de tú mano derecha y te dice que siempre estará contigo y nunca te abandonará, si le buscas.  A veces es bueno que a uno lo dejen solo, para que podamos entender dónde está la fuente fiel de vida y salvación.  Así que, si te sientes solo, o sola, alégrate, porque te están dando la fabulosa oportunidad de acercarte al que nunca te abandonará y te llevará de la mano siempre, hasta vivir con Él eternamente, con mucho gozo y paz.

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