miércoles, 26 de diciembre de 2012

No es cuestión de salirte del mundo

Si quieres triunfar en tu propósito de reconciliarte bien con Dios, salte de en medio de ellos; que se conviertan ellos a ti, y no tú a ellos.  Que tus costumbres sean buenas; que tus acciones agraden a Dios; que tu proceder sea amoroso; deja el humor humillador y concéntrate en el humor sano que halaga y no menosprecia al prójimo.  Créeme, no es difícil ni cursi, simplemente es un cambio de actitud que comienza con un gesto de tu voluntad.  Cuando lo hayas logrado, tus amistades dudosas te lo agradecerán, te respetarán y te tendrán como un punto de referencia para bien.  No es cuestión de salirte del mundo, es cuestión de que el mundo se salga de ti y que lo reemplaces con Cristo Jesús.  Simplemente reemplaza los valores de este mundo con los valores del Reino.

1 comentario:

  1. A veces, cuando decides consagrarte y obedecer a Dios, algunos hermanos (incluso algunos de tu congregación) te rechazan y tildan de fanático. Cobra ánimo, porque esa es una buena señal.

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