La vida en Cristo es radical; no está diseñada para acariciar tus emociones e intelecto, sino más bien para que mueras a ti y vivas para Él. La paz y tranquilidad que Jesús da es el resultado de una entrega total, así que si te falta paz, entrégate a Jesús sin reservas y deja de coquetear con aquello que entorpece tu entrega total.
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