domingo, 9 de diciembre de 2012

Una experiencia bonita con Dios

Hoy tuve una experiencia bonita con Dios.  Me levanté temprano, pero no con el deseo de orar que suelo tener todas las mañanas, porque me sentía mal físicamente y tenía un sueño demoledor.  Me puse a fregar la cafetera y en cierta forma con actitud culpable le dije a Dios que lamentaba no haberme levantado con el ánimo que Él se  merece.  Su Espíritu entonces me consoló hablando a mi corazón, diciéndome que aunque no hubiese hablado todavía con Él, el mero gesto de esforzarme y levantarme ya había sido contado como una profunda oración en el Cielo.

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