Si por alguna razón tu prosperidad ha desaparecido, ven a Jesús y Él te restaurará en todos los aspectos de tu vida, incluyendo lo económico. A veces en nuestro afán de atacar doctrinas de “super fe” y “super prosperidad” llevamos el péndulo al extremo opuesto. La “super pobreza” como signo de piedad, tampoco tiene cabida en lo que leo en mi Biblia. Dios quiere que seamos balanceados, que trabajemos y prosperemos para proveer para los nuestros y para ayudar al necesitado. Si estás pasando por una crisis económica que te quita la paz, ven a Jesús con tu necesidad y el te ayudará a restaurar tu precaria situación. Hace poco puse una entrada sobre la prosperidad yéndose en un minuto cuando desobedecemos, pero debo mencionar que cuando la prosperidad se va, ésta puede regresar a tu vida si enderezas tus caminos y le sirves a Dios de todo corazón.
Por otro lado, hay personas que no le sirven a Dios, o que piensan que le sirven aunque le sirvan mal, y prosperan económicamente, pero eso es harina de otro costal y tema para otra reflexión. No permitas que la prosperidad del impío te quite la paz, porque en su momento Dios también tratará con él, por lo cual, lejos esté de ti considerarlo como un ejemplo para tu vida.
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