domingo, 16 de diciembre de 2012

Las Navidades, esa temporada del año

Las Navidades, esa temporada del año que suele ser tan alegre para muchos, en realidad solamente logra exacerbar los sentimientos que cada cual tiene en su corazón.  Así las cosas, el que está alegre se alegra más, pero el que está triste se entristece más, como aquél que está lejos de su gente, o el que ha perdido un ser querido con quien solía compartir todas las Navidades.  Hoy elevo una oración al Cielo (a Dios) por todo el que me lea que se encuentra entre los segundos, aquellos lectores que cuando ven las luces decorativas y escuchan los villancicos, sus recuerdos los llevan a revivir los buenos tiempos pasados junto a los suyos.  Dios lo puede todo, incluso consolar al que aparenta no tener forma de ser consolado.  Que Dios te bendiga, te cuide, te consuele y te mime, siendo esto último muy necesario cuando tenemos un sentido de impotencia y desarraigo que va más allá de toda lógica.  Hay quien no entiende por qué algunos sufren por cosas que no tienen remedio, pero así es el corazón y no nos corresponde a nosotros juzgar al que sufre sino más bien consolarlo y darle comprensión y cariño, porque solamente Dios cambia el corazón y lo sana.  Que Dios te consuele y te sane, es mi petición para este día.

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