viernes, 14 de diciembre de 2012

La tentación es mirar la etiqueta

Si tu vas a una tienda de ropa y miras la etiqueta del precio de una prenda de vestir que te gusta y ves que es muy cara, la sueltas y te vas.  Si el dependiente se te acerca y te dice que tienes que pagarla y llevártela porque miraste la etiqueta, tú le dices que no, ¿verdad?  Eso mismo pasa con la tentación y el pecado.  La tentación es mirar la etiqueta y pecar es comprar la prenda cara.  No permitas que el diablo te engañe y haga como el dependiente injusto y te obligue a pecar.  Tú no tienes que pecar por el mero hecho de que hayas pensado hacerlo.  Si has sido tentado hasta el punto de que entretuviste la tentación más de lo que debiste haberlo hecho, pero no te entregaste a ella, y aun así el enemigo te quiere hacer sentir como que ya le fallaste a Dios y no hay esperanza para ti, párate firme, sométete a Dios y resiste ese sentimiento de culpabilidad que ha sido diseñado para que te rindas, y dile a Dios que no quieres pecar, que te perdone si en algo te pasaste de la raya y que te fortalezca para seguir adelante y Dios te ayudará.  Acuérdate que el enemigo de tu alma es mentiroso por naturaleza y hará todo lo posible por destruirte aunque para ello recurra a la mentira.

1 comentario:

  1. Algunos de nosotros somos tan cabeciduros que sabiendo que la prenda de vestir es demasiado cara para nuestro presupuesto, nos metemos en el probador con ella y entonces quedamos enganchados y le damos un tarjetazo, para luego sufrir las consecuencias cuando llegue la factura.

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