lunes, 26 de noviembre de 2012

¿Cómo sabes para quién trabajas?

El propósito del enemigo de tu alma es engañarte y una de sus mayores victorias las logra cuando te hace creer que estás haciendo para Dios lo que en realidad estás haciendo para el enemigo.  Y ¿Cómo sabes para quién trabajas?  Si en tu vida hay pecado oculto, mentira, descontrol disimulado, maquinaciones deshonestas, falta de integridad o cosas similares, es muy probable que lo que estés haciendo, aunque tenga visos de piedad, y supuestamente las hagas para la “iglesia”, de algún modo tus obras, como tienen débil fundamento, no ayudarán, sino más bien entorpecerán, la obra de Dios.  Para ser una vasija útil en las manos de Dios, tenemos que darle estropajo a la vasija por dentro.

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