Si has
ayudado a mucha gente y la gran mayoría de ellos o se han olvidado del bien que
les hiciste o te han pagado el bien con un mal, no les guardes resentimiento. Si te molestas con ellos, entonces tu buena
acción podría ser considerada como un gesto que fue hecho esperando algo a
cambio. Mejor hazte la idea de que lo
que hiciste por ellos lo hiciste por Jesús; El Señor nunca se olvida del bien que
tú le hagas.
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