martes, 13 de noviembre de 2012

Su consuelo vendrá sobre ti pronto

Nunca resistas llorar ante la presencia de Dios, porque nuestras lágrimas sinceras conmueven su corazón.  A veces logramos más mediante un quebrantamiento sincero ante su presencia, que a través de sacrificios largos con vestigios de religiosidad.  Llora, quebrántate, rómpete, humíllate, derrámate, sincérate, y abre las puertas de tu corazón de par en par ante Dios y su consuelo vendrá sobre ti pronto y de forma sobrenatural, como el padre que levanta a un niño que se cae después de tropezar con una piedra.  El amor de Dios va por encima del juicio cuando nos quebrantamos ante Él con sinceridad y sentido de entrega total a su misericordia.

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