martes, 6 de noviembre de 2012

Si juegas con fuego te puedes quemar, y si no te quemas, te puedes tiznar

Escucha bien, si juegas con fuego te puedes quemar, y si no te quemas, te puedes tiznar.  Si has luchado tanto por arreglar tu vida, y ya has logrado cierta estabilidad, por qué vas a arriesgarlo todo por un corto y frívolo momento de fuertes emociones.  Detente, piensa bien lo que vas a hacer, porque no vale la pena tirar por la borda todo lo que Dios te ha dado y atrasar la recompensa que tiene para ti, tanto aquello que quieres en la tierra, como lo que anhelas en el Cielo.  Si te sometes a Dios y le dices no a la tentación, no sucumbirás, pero tienes que querer vencer y pedirle ayuda a Dios, porque solo no podrás.  Probablemente la mayor tentación a la que sucumben la mayoría de los cristianos es a tratar de demostrar cuán fuertes son peleando contra la tentación con sus propias fuerzas.  Eso es lo que el diablo quiere, por eso te sugiere que luches para demostrar tu fortaleza, pero nuestra lucha, contrario a las luchas del mundo, empieza por rendirnos, rendirnos ante Dios reconociendo nuestras debilidades y pidiéndole que nos libre de toda tentación.

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