viernes, 23 de noviembre de 2012

Su prosperidad nos libera de la escasez atormentadora

Para el que tiene corazón recto y buenas intenciones, la prosperidad de Dios no significa que uno tendrá bienes materiales para disfrutarlos y poner su corazón en ellos, sino que más bien significa que se siente la protección y proximidad de la presencia de Dios cuando su prosperidad nos libera de la escasez atormentadora.  La escasez nos perturba porque frecuentemente nos hace sentir que Dios nos ha abandonado; pero no, a veces la escasez es el medio que Dios utiliza para incentivarnos a ubicar bien nuestros corazones y a poner nuestra confianza en Él y no en los bienes materiales que Él nos da.  Pero la escasez no estará siempre con nosotros, porque la prosperidad también es promesa de Dios, claramente establecida como incentivo a la obediencia.  Así las cosas, ubica bien tu corazón en Dios, no pidas para satisfacer tus deseos y para tus deleites, sino para asegurar la estabilidad de tu familia y para ayudar al necesitado.  Ahora, eso sí, te recomiendo que no pongas la esperanza de prosperidad en recibir bienes materiales a cambio de ministrar bienes espirituales.  Si bien es cierto que no debemos poner bozal al buey que trilla, no es menos cierto que el amor al dinero es la raíz de todos los males.  Si la prosperidad viene sola a través de tu ministerio, fantástico, pero no hagas de ello una meta de tu devoción.  Procura el bien de los demás desinteresadamente.

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