domingo, 25 de noviembre de 2012

La agonía de la incertidumbre

El Señor está pendiente a los suspiros de resignación que a la vez indican el deseo de que una pequeña intervención divina libere a quien suspira de la agonía de la incertidumbre.  El primer encuentro con Dios suele venir de repente, como si fuese al azar, algo inesperado, parecido a cuando a uno, esperando un autobús, se le acerca un vendedor ambulante para venderle una chuchería.  Así vino Dios a tu vida; pero no fue al azar, fue algo planificado desde antes de la fundación del mundo.  Tú tuviste la dicha de responder y lamentablemente dejaste enfriar la única relación que le ha traído paz a tu vida.  Ahora anhelas nuevamente esa relación y suspiras deseando que Dios también sepa interpretar suspiros.  Pero sabes qué, sigues siendo una persona dichosa, porque Dios, quien lo puede todo e incluso entiende los suspiros, pendiente a tu agonía me ha enviado a decirte que te sigue amando y que te espera con los brazos abiertos si nuevamente le respondes y te acercas a Él.  Jesús es experto en sanar corazones y dar paz.

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