Hoy me pasó
algo curioso. Me levanté temprano, tuve
mi devocional, les preparé el desayuno a mis hijos y luego me fui para mi
cuarto a escribir la reflexión de hoy para el Blog. Mientras escribía, mi hijo mayor se me acerca
y me dice que quiere que yo escuche una canción en Youtube. Le pedí que me dejara terminar de escribir,
pues no quería perder la concentración.
A los 5 minutos se me acerca de nuevo para lo mismo y entonces yo le
contesté ásperamente, pues me estaba interrumpiendo justo cuando estaba terminando
el post. Esta segunda vez me sentí
culpable porque algo en mi interior me dijo que Dios lo había enviado y yo lo
estaba rechazando porque supuestamente estaba haciendo algo para Dios, a saber:
escribir una reflexión. Inmediatamente,
cediendo (palabra diplomática para no decir “humillándome”) lo mandé a buscar y
le dije que quería escuchar la canción.
Humilde que es el chico, vino sin resentimiento y me dijo: “Papi, la
canción es “I lift my hands” de Cris Tomlin.” La puse, la escuché y me encantó.
Lo que más
me impresionó, sin embargo, fue un comentario que puso en Youtube un muchacho
de la edad de mi hijo que decía, y cito: “i'm only 14 and grew up in a
Christian society. even though i
was raised up as a follower of the LORD, i never truly felt a strong connection to him. listening to these songs has made me feel his
love for me. <3 God is
amazing (:”
Después de
leer el comentario y de habérselo dado a mi hijo para que lo leyese también, le
pedí que se acercara y nos dimos un amoroso abrazo. Le pedí perdón por haberlo rechazado originalmente porque estaba
escribiendo el post, y le di un beso en el hombro, como de costumbre. Acto seguido se fue con Ceci para el colegio
y yo tuve que escribir esto inmediatamente, compelido por el amor y la
presencia del Altísimo, y él se fue sonriendo, presumiblemente contento porque
se sintió usado por Dios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario