La victoria
está llegando, la siento, la veo con los ojos del alma, no habrá derrota,
solamente victoria. Al final, nada habré
hecho para obtenerla, sino sólo derramarme a los pies del que todo lo puede,
habré reconocido mis errores y creído en su fidelidad. Mientras más uno cree, más Él se manifiesta,
porque la fe mueve la mano de Dios.
Mediante la fe le agradamos y obtenemos lo que deseamos, porque el
justo, que por su fe vivirá, obtendrá lo que desea, mientras que al impío le
vendrá lo que teme.
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