Cuando el entendimiento de una persona que siempre has considerado sensata se ciega y no comprende tu situación, hasta el punto de tratarte injustamente, no la cojas contra tal persona porque te podrías encontrar luchando contra Dios, ya que a veces Dios, quien tiene el poder de mover los corazones en la dirección que quiera, utiliza situaciones aparentemente injustas para lograr resultados muchísimos más justos y provechosos cuando el proceso comenzado por Él termine. Tranquilo, que Dios está en su trono y sigue en control de todo. Confía. Haya paz en tu corazón y espera en Dios que Él nunca te abandonará ni permitirá que la injusticia prevalezca sobre ti perpetuamente. Los procesos a los cuales Dios nos somete a veces son un enigma para nuestra mente carnal, pero cuando tenemos fe entramos al ámbito del Espíritu y entonces nuestra mente, que a veces se deleita en, y se ofusca con, la preocupación, deja de ser un obstáculo, aprendiendo así a vivir en el Espíritu.
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