Siempre he
visto con recelo a todo ministro del Evangelio que aprovecha la manifestación del Espíritu
Santo en milagros y prodigios, al igual que las predicaciones elocuentes y conmovedoras,
para pedir ofrendas y donativos, sobre todo cuando se manipulan las emociones
para fundamentar la solicitud bajo la premisa de que se necesitan para ampliar
el alcance del Reino de Dios. Lo que se
necesita para ampliar el Reino de Dios es una relación genuina con Jesús y una
entrega incondicional a su voluntad. Por
algo habrá sido que Jesús, cuando envió a los 12 a predicar y a hacer milagros
(sanar enfermos, limpiar leprosos, resucitar muertos y expulsar demonios) les dijo: “Ustedes
recibieron gratis este poder; no cobren tampoco por emplearlo.”
No hay comentarios:
Publicar un comentario