Cuando te sientas caído, desanimado, débil y sin las fuerzas necesarias para llevar a cabo la encomienda que tienes ante ti, ten fe, camina y mete mano aunque no sientas Su Presencia a tu lado, porque el poder de Dios se perfecciona en tu debilidad y cuando eres débil, entonces eres fuerte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario